Turno para Alba Martínez en Conectando con la RSC, responsable de Compliance de Primaflor, una empresa nacida hace más de cuatro décadas de la mano de un grupo de emprendedores que compartían la ilusión de crear un negocio en su tierra a través de la producción y comercialización de flores y que, a a día de hoy, se ha convertido en un gigante hortofrutícola.
1. ¿Ha dejado de ser una “moda” la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o aún queda mucho para verla incluida en los planes de negocio de las empresas?
El mayor riesgo que puede sufrir la sostenibilidad es, precisamente, la falta de credibilidad. Primaflor viene cultivando la RSC desde su nacimiento, por tanto, no podemos hablar de ella como una “moda” sino como una necesidad que ha venido para quedarse.
Ejemplos como la financiación verde, que se está posicionando como un eje estratégico de crecimiento, nos lleva a pensar que no vamos a crecer si no somos sostenibles, que las empresas que no sean sostenibles no sobrevivirán. Si eres una empresa transparente y respetosa con la sostenibilidad, vas a atraer al mejor talento y podrás fidelizarlo porque capitanearás proyectos con futuro, proyectos sostenibles. Y sostenibilidad no es otra cosa que mejorar la calidad de vida de los ciudadanxs.
2. Última(s) acción(es) de responsabilidad llevada a cabo. ¿Interna o externa?
Pues me hace especial ilusión resaltar una acción interna, canalizada a través de la Fundación Primaflor: el Plan Social de Acción Educativa. Se ha puesto en marcha hace unos meses, con el objetivo de mejorar la situación social y familiar de los miembros de Primaflor, mediante actuaciones encaminadas a la promoción, desarrollo y fomento de la formación educativa y el bienestar social de los empleadxs y sus familiares. A través de este Plan Social, la Fundación Primaflor ha otorgado 10 becas de 500€ para destinarlas a fines educativos.
3. ¿Percibe la empresa cómo sus clientes le demandan un compromiso social?
El Protocolo de Kioto y, posteriormente, el acuerdo de París fueron la semilla para que Europa se identificara como pionera en sostenibilidad. Por todo ello, no es extraño que nuestros principales clientes europeos se muestren atentos y demandantes de compromisos sostenibles, interés que cada vez se percibe más intensificado.
4. ¿Existe en la empresa un código de conducta corporativo?
Sí, Primaflor cuenta con un código ético y de conducta que es aplicable a todos los miembros de la compañía. Los principios éticos forman parte de la historia de Primaflor desde su fundación. El órgano de administración y los miembros de la dirección de la empresa promueven estos principios, a través del ejemplo, como un valor esencial de nuestra cultura. El Código Ético y de Conducta, la Política de Cumplimiento y el Régimen Disciplinario forman parte del Sistema de Cumplimiento Normativo (Compliance).
La sostenibilidad implica permanencia en el tiempo y, para ello, la compañía ha de llevar a cabo los documentos arriba referidos, provocando un entorno de control, dando respuesta a una debida diligencia que pide identificar, prevenir y actuar, integrando políticas, derechos humanos, mitigación de impactos, o implementación de canales de comunicación para grupos de interés, entre otros.
5. ¿Y un departamento de RSC como tal o está incluido en otro (por ejemplo: departamento de comunicación, marketing?
En Primaflor contamos con un departamento encargado de los asuntos de sostenibilidad desde donde se atienden estas necesidades, así como la coordinación de proyectos de RSC junto con otros departamentos como RRHH (Recursos Humanos) o Comunicación y Marketing.
En muchas ocasiones podemos encontramos con solapamientos en materia de sostenibilidad entre los roles y responsabilidades, sobre todo entre los perfiles de medioambiente y cumplimiento normativo. Esta participación de varias áreas hace gala de la cualidad transversal que caracteriza, como no puede ser de otro modo, a la responsabilidad social corporativa.
6. ¿Qué importancia tiene la creación de alianzas para la empresa?
No todas las empresas tenemos las mismas herramientas, por eso es básico producir conciliación y colaboración entre empresas de diferente dimensión, con grupos de interés, y cualesquiera otros agentes de interés. Es una cuestión de sensibilidad y supervivencia y, más adelante, ya será el mercado quien pueda excluir por criterio reputacional. Como bien se indica en el objetivo 17 de los ODS marcados por Naciones Unidas, es esencial establecer alianzas para la consecución de estas metas globales, como única forma para poder superar desigualdades, déficits en investigación, resultados cortoplacistas, entre otras circunstancias. Por otro lado, nos encontramos ante una avalancha normativa que viene alimentada, en parte, por una traslación de la responsabilidad del sector público al privado, lo que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de alianzas y de colaboración global.
Por tanto, es vital la participación de todas las partes, adoptando una actitud colaborativa para afrontar un futuro -o más bien un presente- que sólo será si es sostenible.
7. ¿Qué papel juegan las entidades del tercer sector en la consecución de los ODS?
Entiendo que pueden actuar como herramienta esencial entre el sector público y el privado, una labor de mediación necesaria teniendo en cuenta que los límites entre el derecho societario y el derecho público cada vez son más difusos, debido a esa confusión de objetivos (públicos – privados) por el traspaso de obligaciones a las empresas. Los ODS no son obligaciones jurídicas, sino que figuran como derecho blando (no imperativo), y la ayuda ofrecida por las entidades del tercer sector en el cumplimiento de estas obligaciones puede ser muy importante.