Actualmente la comunicación es una fuerza poderosa que influye trascendentalmente en la opinión pública ya que no solamente moldea opiniones sino las percepciones de la realidad. De esto modo, la responsabilidad se vuelve fundamental por lo que la Comunicación Responsable implica no solamente transmitir mensajes con precisión, transparencia y respeto, sino también considerar el impacto social y ambiental de nuestras palabras y acciones. Debemos, por tanto, plantearnos el papel que desempeñan diversos actores y factores en la promoción de una comunicación responsable.
Así, los colectivos de profesionales (colegios y asociaciones de periodistas) y las facultades universitarias desempeñan un papel fundamental en la formación de profesionales éticos y competentes en el campo de la comunicación ya que, a través de la promoción y la enseñanza de valores como la transparencia, la veracidad y el respeto se prepara a futuros periodistas para desempeñar un papel activo en la promoción de la comunicación e información responsable en la sociedad. Por otro lado, los medios de comunicación y los periodistas tienen la responsabilidad de informar con precisión y objetividad, evitando el sensacionalismo y la manipulación. Al adherirse a estándares éticos y promover una cultura de verificación de hechos pueden contribuir significativamente a una comunicación responsable que fortalezca la confianza del público en general.
Tenemos que tener en cuenta, llegados a este punto, que el intrusismo laboral en periodismo tiene un impacto significativo en la comunicación responsable debido a varias razones fundamentales. En primer lugar, compromete la calidad de la información que se proporciona al público ya que los periodistas profesionales sí están capacitados para investigar, verificar hechos y presentar información de manera imparcial y precisa. Cuando personas sin la formación adecuada asumen roles de reporteros o editores, la calidad de la información se ve comprometida, lo que puede conducir a la difusión de noticias incorrectas, sesgadas o sensacionalistas. Además, el intrusismo laboral en el periodismo afecta a la ética y la responsabilidad profesional pues los periodistas deben adherirse a estándares éticos y principios deontológicos tales como respetar la privacidad, evitar conflictos de interés y garantizar la precisión de la información. Sin la formación adecuada, aquellos que practican el intrusismo laboral pueden carecer de conciencia sobre la importancia de estos estándares éticos, lo que lleva a la violación de los mismos. Por último, el intrusismo laboral también tiene un impacto en la sociedad en su conjunto ya que una comunicación irresponsable en torno al intrusismo laboral puede influir en las opiniones y decisiones de las personas, contribuyendo a la polarización, la desinformación y la pérdida de confianza en los medios de comunicación, lo que socava directamente la integridad del periodismo y la confianza de los ciudadanos en el papel de los mismos.
Dentro del ámbito empresarial y del tercer sector, la comunicación responsable desempeña un papel esencial en la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa ya que las empresas y entidades del tercer sector que adoptan prácticas de comunicación responsable muestran un compromiso genuino con la transparencia y el diálogo abierto con sus aliados. Esto no fortalece únicamente la reputación y la legitimidad de la organización, sino que también puede generar beneficios económicos tangibles. Cuando las empresas se comprometen a comunicarse de manera transparente y auténtica pueden construir relaciones más sólidas con sus clientes, empleados, inversores y la comunidad en general. Esta confianza y lealtad resultantes pueden traducirse en una mayor retención de clientes, una fuerza laboral más comprometida, inversiones más sólidas y una mayor preferencia de marca, todo lo cual puede contribuir a un crecimiento económico sostenible a largo plazo.
Podemos concluir, por tanto, que la comunicación responsable es un imperativo ético y una estrategia inteligente para el éxito empresarial y el impacto social positivo. Desde la formación de profesionales en instituciones educativas hasta la implementación de prácticas responsables en empresas y organizaciones del tercer sector, todos estos actores y factores tienen un papel que desempeñar en la promoción de una comunicación que sea auténtica, transparente y beneficiosa, tanto en términos sociales como económicos.
