Cada 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud, lo que sin duda nos invita a reflexionar sobre su importancia a nivel individual y en la sociedad en general. Así, resulta vital entender cómo la salud está intrínsecamente ligada al desarrollo sostenible y, por tanto, a los objetivos que conforman la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
El ODS número 3, «Salud y Bienestar«, establece la meta de garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Este objetivo abarca no solamente la salud física, sino también la salud mental, cuestión que gana visibilidad en los últimos años ya que la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de abordar las necesidades de salud mental y emocional de las personas, tanto en el ámbito laboral como en el personal.
Las administraciones públicas tienen un papel fundamental en la promoción y protección de la salud de sus ciudadanos. Esto implica la implementación de políticas públicas que fomenten estilos de vida saludables, el acceso equitativo a servicios de salud de calidad y la prevención de enfermedades, entre otros. Pero también las empresas tienen una responsabilidad social importante en lo que respecta a la salud de sus trabajadores y de la comunidad en la que operan. Y no solamente por el hecho de que la salud de los empleados afecte a su bienestar individual, sino que también lo hace a la productividad en su puesto de trabajo. Es por esto que cada vez más las empresas están implementando programas de bienestar integral que incluyen medidas para promover la salud física y mental de sus empleados y que van desde horarios flexibles hasta programas de apoyo emocional. Todas estas medidas, además de beneficiar a los trabajadores, contribuyen así a crear un entorno laboral más sano, esto es, más saludable y productivo.
Cabe destacar, por último, que las empresas están empezando a reconocer la importancia de alinear sus prácticas comerciales con los objetivos de desarrollo sostenible en relación a la salud de los trabajadores y de la sociedad en general, lo que implica, también y de manera indirecta, garantizar condiciones laborales justas y contribuir al desarrollo económico y social de las comunidades en las que trabajan. Esto también es salud y bienestar, lo que construye un mundo más saludable y sostenible para todos y, por tanto, a la consecución de la Agenda 2030.
Es por todo esto que en el Día Mundial de la Salud todos debemos recordar la importancia de promover la salud y el bienestar en todos los aspectos de nuestras vidas, tanto a nivel individual como colectivo, así como en el trabajo. Desde las administraciones hasta las empresas, todos jugamos un papel determinante en la creación de un mundo más saludable y sostenible puesto que, al trabajar juntos y comprometernos con los objetivos de desarrollo sostenible, podemos construir un futuro en el que la salud sea una prioridad para todos.