Tras dos años de negociaciones, la Ley de Restauración de la Naturaleza europea (Acción por el clima) ha recibido recientemente un duro varapalo durante su tramitación ya que, tras ser respaldada el pasado mes de febrero en el Parlamento Europeo, ha sido ahora paralizada. En realidad, no ha sido ni aprobada ni rechazada puesto que varios países, que en un principio mostraron su apoyo, ahora se lo han retirado.
Cabe destacar que esta ley es una valiosa herramienta legislativa para abordar la mitigación del cambio climático, la adaptación de sus impactos y la promoción de la resiliencia climática a través de la restauración de ecosistemas naturales y la conservación de la biodiversidad, entre otras medidas. En concreto, buscaba la restauración de los hábitats dañados para el año 2050. Con ella, por tanto, se hubiera puesto en pleno funcionamiento el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13 y que aboga por una Acción por el Clima.
Así, los países que han retirado su apoyo a esta ley son ocho: Hungría, Finlandia, Suecia, Países Bajos, Austria, Polonia, Bélgica e Italia. Entre los motivos aducidos, que no se garantice la trasposición es uno de ellos.
Algunas declaraciones al respecto no son nada alentadoras: «Sin esta ley no tendremos una herramienta para cumplir los objetivos climáticos que hemos suscrito. Nos engañamos si pensamos que se puede ganar la lucha contra el cambio climático sin la naturaleza» (Virginijus Sinkevičius, Comisario de Medioambiente, Océanos y Pesca de la Unión Europea).
«Es el paso adelante para modernizar nuestra economía» (Úrsula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea).
Cabe recordar en este punto que en la Unión Europea los acuerdos, para que terminen siendo ley, pasan por tres etapas. La primera es la de la Comisión Europea, que es la encargada de elaborar la propuesta de ley. Posteriormente, este texto llega al Parlamento Europeo que, en primera lectura, puede aprobar la redacción tal y como está o, en su caso, introducir enmiendas. Tras esto, pasa al Consejo Europeo, el cual revisa el texto modificado por el parlamento. En este punto puede, o bien aceptarlo (terminando el procedimiento) o cambiarlo, lo que supondría pasar a una segunda lectura y revisión. Este es el punto en el que la norma está bloqueada, a tres meses de elecciones al Parlamento Europeo, por lo que los tiempos son inasumibles de cara a una nueva revisión.
En este sentido, Rob Jetten, ministro de Clima de Países Bajos, afirmaba que «no va a ser fácil salir de esto teniendo en cuenta las próximas elecciones».