El mundo del cine no solamente nos cautiva con historias fascinantes sino que también tiene el poder de inspirar el cambio. En medio de esta industria creativa surge un enfoque cada vez más relevante: el cine sostenible, ese que no solamente entretiene sino que también se compromete a minimizar su impacto ambiental y transmitir mensajes poderosos sobre la importancia de cuidar nuestro planeta.
Pero, ¿qué hace que una película sea sostenible? A grandes rasgos, en el modo en que se producen. Esto implica adoptar prácticas responsables que reduzcan la huella de carbono y preserven los recursos naturales. Desde la elección de locaciones hasta la gestión de residuos, cada aspecto de la producción puede influir en la sostenibilidad de una película:
– La localización: eligiendo lugares que minimicen los desplazamientos, reduciendo así la huella de carbono.
– Energía renovable: utilizando fuentes de energía renovable para alimentar equipos y locaciones durante la filmación.
– Materiales sostenibles: empleando materiales reciclados o biodegradables para los sets y accesorios de la película.
– Transporte eficiente: fomentando el uso de vehículos híbridos o eléctricos, además de promover el transporte compartido para el elenco y el equipo.
– Gestión de residuos: implementando sistemas de reciclaje y reducir al máximo los desechos generados durante la producción.
– Tecnología sostenible: empleando equipos de filmación de última generación que sean energéticamente eficientes.
– Conciencia social: garantizando condiciones laborales justas y seguras para todo el equipo involucrado en la realización de la película.
– Mensaje sostenible: incorporando mensajes o temáticas que promuevan la conciencia ambiental y la responsabilidad social en la narrativa de la película.
En un mundo donde cada elección cuenta, el cine sostenible representa un paso hacia un futuro más consciente y responsable. Así, cada vez que nos sumergimos en estas películas, también nos sumergimos en un compromiso compartido con la sostenibilidad y la preservación del mundo que habitamos por lo que, integrando estas prácticas en la producción cinematográfica, se puede crear una película que además de entretener transmite un mensaje importante en torno a la sostenibilidad. Al igual, este cine supone una oportunidad para generar cambios significativos que tienen que ver no solamente con la sostenibilidad sino con la responsabilidad social corporativa, en general. Ejemplos de este tipo de cine son películas como «Wall-E», en la que la tecnología utilizada en la animación digital se diseñó para minimizar el consumo de energía (reduciendo así la huella de carbono en su producción) o «La vida de Pi (2012)», en la que encontramos la implementación de la eco-filmación (selección de locaciones naturales y el uso de tecnologías de filmación de bajo impacto ambiental. Otros títulos sostenibles son “The Cove” (2009), “Los años que vivimos peligrosamente” (2017) o la serie “El Señor de los Anillos: los Anillos del Poder” (2022) de Amazon Studios.
