En 1972 el Club de Roma encargó al MIT (Massachusetts Institute of Technology) el estudio «Los Límites del Crecimiento» en el contexto de la primera crisis del petróleo que tendría lugar en octubre de 1973. Sus conclusiones sacudieron al mundo con sus predicciones sobre los efectos del crecimiento económico desenfrenado en un planeta con recursos finitos. El informe resultante, respaldado por un modelo informático lógico-matemático creado a tal efecto (el Wordl3) y basado en la teoría de sistemas para simular cómo interactúan y afectan los distintos componentes del mundo (como son la economía, la población, la producción de alimentos, la industria y los recursos naturales) alertaba sobre un futuro sombrío si las tendencias de consumo y crecimiento no cambiaban. Además, advertía que la sobreexplotación de recursos y la contaminación llevarían a un colapso inminente. Sus principales autores fueron Donella H. Meadows, Jorgen Randers, William W. Behrens III y Dennis L. Meadows.
Si echamos la vista atrás y lo analizamos, encontramos que algunas de las predicciones del informe se han cumplido, siendo el grado en que lo han hecho un debate hoy en día. En este sentido, se aborda el agotamiento de recursos como el petróleo, el agua mineral y ciertos minerales, la contaminación y degradación ambiental (que se hace evidente en áreas como la de la biodiversidad, la deforestación o el cambio climático), la población y alimentación (en donde si bien la variable población ha seguido las proyecciones recogidas en el informe, el límite en la producción de alimentos para satisfacer su demanda no ha llegado al nivel crítico esperado) o el crecimiento industrial y económico (sí se han producido varias crisis pero no han sido colapsantes). No obstante, la advertencia sobre los límites de crecimiento sigue siendo relevante y ha sido la antesala de lo que consideramos hoy sostenibilidad pues a pesar de los avances hechos en tecnología y los nuevos enfoques económico-sociales más sostenibles, persisten desafíos recogidos en el estudio que siguen siendo significativos.
En este sentido, la sostenibilidad en torno a las energías renovables, la gestión responsable de recursos y la economía circular son conceptos que debemos relacionar inherentemente al informe pues nos legó una advertencia crucial sobre la finitud de los recursos y la necesidad imperativa de adoptar prácticas más sostenibles. El impacto de este estudio ha sido innegable en el impulso hacia un enfoque más consciente y responsable en la forma en que interactuamos con nuestro entorno, lo que se ha traducido, entre otros, en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
