¿Es posible la moda sostenible? No hay duda de que la industria textil ha sido durante mucho tiempo un motor económico poderoso, pero, ¿hemos pasado por alto su impacto ambiental? Sorprendentemente, es uno de los sectores más contaminantes, concretamente ocupa la segunda posición, contribuyendo significativamente a la contaminación del agua y el aire. El cultivo de algodón, por ejemplo, requiere grandes cantidades de agua y pesticidas, agotando los recursos naturales y causando daños ecológicos significativos. Así, y en comparación con otros sectores, la fabricación de prendas de vestir es una fuente considerable de desechos químicos y de agua, además de generar un volumen de emisiones de carbono para nada desdeñable.
Frente a todo esto la industria está buscando alternativas más sostenibles. Una de estas alternativas radica en el uso de plantas vivas como materia prima para la producción de tejidos, reduciendo así la dependencia de recursos finitos y los impactos ambientales adversos. Ejemplo pionero en este sentido lo encontramos en el proyecto «Pieles Siamesas», de manos de la diseñadora e investigadora española Paula Ulargui Escalona y que explora cómo la ingeniería genética puede producir tejidos a partir de células vivas, disminuyendo la necesidad de recursos naturales y limitando los residuos generados por la producción de ropa.
Por otro lado, la corriente del comensalismo crece con mucha fuerza como un enfoque revolucionario en la sostenibilidad de la moda. Concretamente, esta corriente promueve la simbiosis entre las marcas de moda y el entorno, abogando por una coexistencia beneficiosa, donde la producción de moda no solamente sea sea menos dañina, sino que también beneficie a la naturaleza. En este sentido, al adoptar prácticas de producción más sostenibles, se reduce el impacto ambiental negativo (como la disminución de desechos, el uso más eficiente de los recursos y la protección de la biodiversidad). Además, puede contribuir a la regeneración de ecosistemas, crear conciencia sobre la conservación ambiental, generando así un impacto positivo a largo plazo.
Con todo esto, nos preguntamos, ¿está la industria de la creación española concienciada y comprometida con la sostenibilidad? En un primer vistazo, podemos destacar que sí que cuenta con jóvenes talentos que lo están, como son Leandro Cano, reconocido por su enfoque artesanal y sostenible en la moda y que utiliza técnicas tradicionales españolas y materiales sostenibles en sus colecciones; Miriam Ponsa, con un fuerte compromiso con la ética y la sostenibilidad, centrándose su marca en la producción local y el uso de materiales eco-friendly; Juan Vidal, diseñador preocupado por la sostenibilidad y la responsabilidad social en su proceso de diseño y producción. También cabe destacar a Ecoalf, que, aunque no es un diseñador individual, es una marca española que se especializa en moda sostenible, utilizando materiales reciclados para sus prendas. Estos nombres lo que demuestran es que la moda puede ser creativa y atractiva a la vez que sostenible y respetuosa con el medio ambiente.